martes, 3 de marzo de 2015

Mi mejor amiga... es un chico ¿Estás bromeando? cap 11






Capitulo 11
Planes.


Era temprano en la mañana. Debía encontrarme con mis padres. No estaba segura que era lo que querían, pero algo era claro debía hablar con ellos. Sus palabras, me habían dado a entender que solo ellos tendrían las respuestas que necesitaba. Había tomado un autobús que pasaba por la entrada de la casa de campo. No lo puedo creer, ni siquiera me dejaron dinero para un taxi.

Entre en aquella casa, que me daba sensación de familiaridad. Camine hacia la sala. En uno de los sofás se encontraban ellos, sentados muy tranquilos. Mi padre leía el periódico que dejó al lado una vez notó mi presencia. Mi madre solo se encontraba cruzada de pierna viendo el jardín. Me senté  al frente ellos.

-Sam que grande y hermosa estas.- Comentó mi padre.

- Si eso pasa cuando uno deja de ver a los hijos tanto tiempo que cuando los ve ya no los reconoce.- Dije irónica.

-Puedes que tengas algo de razón.- Dijo juguetona mi madre.

- Vallamos al grano.- Les exigí impaciente.

- Está bien- comentó ella- la situación es sencilla, ya casi terminas tu colegio y le hemos dado mucho plazo a esto; es hora que entiendas el propósito por el que estas aquí. Cuál es el sentido de  tu vida.

- Si lo dices así, parecerá que su vida fue planeada antes de que naciera.- Interrumpió mi padre.

- Les pedí que fueran directos. Ya me hicieron perder un día de clase.- Comente fastidiada.

- Está bien- volvió a hablar mi madre- apenas termines el colegio, iras directo a estudiar a la escuela de medicina. Después realizaras una especialización en urgencia y eso si tendrás que asistir a montones de campamentos, simposios, conferencia y demás. Queremos que seas capaz de detener una hemorragia solo con papel si es necesario.

- Pero qué les pasa a ustedes, yo no quiero ser una jodida médica. Qué no lo entienden.

- Querida- interrumpió mi padre- no es cuestión de elección.


- Te vas a enfrentar a muchos peligros cuando te cases y ya que creo que no eres buena usando las armas; de alguna manera tendrás que ayudarle a tu esposo.  No podemos entregar a una hija inútil eso seria deshonroso.

- Ahora de qué hablas, cómo que casarme.

- No seas impaciente- habló mi padre- tus queridísimos padres no son médicos comunes y la razón por al cual casi nunca estamos en casa no es por los turno en el hospital. Por favor Sam, qué hospital tiene turno de 2 semanas día y noche. Nosotros hacemos partes la “LegalMedic”. Te preguntaras qué es eso; pues digamos que le mundo se mueve por fuerzas oscuras y en el bajo mundo durante las guerras hay heridos y allí es donde interviene los salvamentos, que es como denominan a los miembros de la organización. Somos médicos de élites al servicio de las mafias que mueven esta sociedad, sin importa de que tipo son. Pero últimamente hay un mercado que ha crecido rápidamente; después de todos los jóvenes no puede detenerse cuando empiezan un videojuego y ese es el campo perfecto  para mover los hilos oscuros.

- DarkGame.- Susurre.

- Cómo dices. Bueno veo que no estas del todo desentendida mi niña. Eso nos ahorrara muchas explicaciones- continúo él- bueno tu madre y yo nos cansamos del dominio que ejerce la organización sobre nosotros  y buscamos la forma de destruirla; y crear una nueva manejada por nosotros. Para eso necesitamos apoyo de esta nueva potencia. Así que no había más remedio que un matrimonio estratégico, así se han formado alianzas desde tiempo inmemorable y se seguirán haciendo. Que suerte que tuvimos una hija.- Sonrió.

- Están diciendo que me venden por obtener poder.

- No lo digas así mi niña, se escucha muy feo.- Comentó mi madre-. Aunque al final así están la cosas.  Esperamos de todo corazón que sea una excelente estudiante y un medico digno de estar a la altura de tus padres.

- Cómo pueden decir eso con tanta tranquilidad.- La furia recorría mis venas, la sangre se había evaporado y en su lugar solo había furia liquida e inquietante-. Qué pasa si yo me niego a todo esto.- Casi escupí entre dientes.

- Las cosas no son tan fáciles como las piensas de joven, crees que negarte es suficiente para detener las cosas.- Sonreía mi padre.

- Mi niña, creo que no has entendido lo delicado de la situación. Ya te lo dijimos no es cuestión de elección- comentaba ella- nosotros te dimos la vida, sino sirves y no puedes cumplir el propósito de esta. Pues… te la quitaremos; así de simple.- La mire aterrorizada-. Por favor, trabajamos con la mafia crees que nos temblara la mano.- Trague en seco, sabia por su tono que lo harían-. Al final estas sola.- Esas palabras eran verdad ya estaba totalmente sola, ya las cosas no tenían sentido que más daban si ellos querían casarme, o matarme ya nada tenia sentido.

En ese momento acepte mi destino. Al final era una ficha de las personas que me trajeron al mundo. Nada más que eso.

Los meses pasaron veloces y la escuela había terminados. Estábamos en la ceremonia de graduación. Todos los alumnos lloraban a montones.

-  Cerda… te llamare para molestarte por teléfono.- Me decía Camila que me tenia abrazada con fuerza para que no se notara que su maquillaje estaba corrido, según decía ella.

-   Idiota, me vas a manchar toda la ropa.- No creía que iba a llegar este punto pero en realidad la iba a extrañar. Ella había sido aceptada en la universidad de Costa Este en donde estudiara leyes. Le sentaba de maravilla ya que era conflictiva y siempre quería tener la razón.

-  Que tiernas se ven.- Comentaba Santi, mientras nos tomaba una foto. Él había sido aceptado en la misma universidad para estudiar ingeniería química. Seguro le iría bien. Eso si la idiota de Camila lo dejaba estudiar en paz.

¡¡Cómo puedes decir eso!!-respondimos al unisilabo. La verdad no lo queríamos admitir pero nos habíamos vuelto muy buenas amigas, intimas dirían yo. Durante todos esos meses ella aseguraba que no perdonaría a Andy por haberse ido así sin más.  Santi la regañaba cada  vez que lo recordaba y yo trataba de cambiar el tema. Siempre hacíamos lo mismo.

- Pero Sam, a ti no te sientan bien las alturas estas segura que estará bien estudiar allí.- Como era el deseo de mis “padres” había sido aceptada en la Universidad Estatal, la cual se encontraba en una altísima meseta.

-  Pero que dice Santi, es la universidad más prestigiosa fue una suerte que la cerda pasara. Al carajo sus complicaciones tendrá que adaptarse.

-  Si Santi, Camila tiene razón.

-  ¡¡¿Qué?!! - Los dos voltearon a verme pasmados.

-  Me estas dando la razón.- Comentó ella.

- Esto no lo puedo creer.- Finalizo él.

Al final los tres nos echamos a reír. Así habían pasado las cosas. Ellos se tenían mutuamente y yo estaba convencida que esta seria la última vez que los vería. Reí  con ello hasta al punto de que mi panza casi reventaba.

Dos años después.

- Señorita.- Me llamaban. No sabía en que momento me habían empezado a llamar de esa manera. Pero me disgustaba. Según mis compañeras era con el fin de darme el estatus que merecía, ya que según ellos yo era un genio. Los profesores habían  adoptado  esta costumbre también y al final toda la universidad me llamaba de este modo.

- Qué ocurre.- Le preguntaba a una chica delgada que tenía al frente mío.

- Señorita, la buscan en la recepción de los dormitorio.

- Gracias.- Camine en la dirección que la joven me había indicado. Ya llegaba dos años de colegiatura. Nada fuera de lo normal había pasado. Salvo por el hecho de que no me lograba acostumbrar a la bata blanca siempre se me andaba enredando en cualquier lado. Era toda una molestia.

Llegue al salón y encontré las figuras que menos me quería topar. Mis padres.

-  Vaya, aquí viene la señorita.- Comentó mi padre.

-  Ustedes también van empezar con eso.- Respondí furiosa. Como si ya no fuera suficiente escuchar a la universidad entera.

- Pero si te queda bien. Después de todo vas en camino a ser de élite.

- Es lo que me menos me interesa. Qué quieren ahora.

-  Pues mi niña- comentó mi madre- es hora de terminar de cuadrar los detalles de tu matrimonio; que mal educada eres ni siquiera preguntaste cuál es el nombre de tu futuro esposo.

-   Porque no me interesa.- Dije distante.

-  Pues bien, es alguien muy pudiente dentro de la organización DarkGame. Es el líder del bando norte.

-  Esperen- interrumpí- líder del bando norte pero si ese es…

-  Exacto Sam- comentaba una voz detrás de mí. Volteé bruscamente.

- Luka.- Articule en seco.

- Me extrañaste Sam. Ha pasado tiempo ya.

- Pero…- Estaba atónita; cómo era posible que él sería mi futuro esposo. Nada de esto tenía sentido.

- Anda, no te quedes allí parado, no piensas saludar a Sam.- Le decía Luka a alguien atrás de él. La figura avanzó hasta hacerse visible.

- Andy.

-  Sam, cómo has estado.- Dijo esquivándome la mirada.

-  Bien, ya que acabamos con las formalidades vamos al grano. Mi querida Sam como ya sabrás tus padres desean poder y tú eres la garantía en esto. Yo les ofrecí eso que desean a cambio de tu mano en matrimonio. No te parece divertido al final el destino se encarga de unirnos.- Echó a reír.

-  No encuentro la gracia.- Estaba furiosa. Sé que dije que no había manera de odiarlos pero en este momento los odiaba a los dos. Luka sabía todo el plan retorcido de mis padres y aun así no hizo nada por avisarme y lo que es peor cree que todo estos es uno más de sus juegos. Andy solo seguía allí parado que no pensaba hacer nada tampoco, no podía creer que siguiera la voluntad de su hermano sin más ni más. Acaso era estúpido. En ese momento lo único que sentía por esos dos chicos que tanto adoraba era un profundo desprecio.

- Oh vaya, parece que la carrera te ha dañado el humor mi pequeña. Bueno
para no alargar más esto. Te comentare, que ya cumplí con mi parte del trato. Felicita a tus padres los nuevos jefes de su propia organización. Creo que entonces ha llegado  la hora de tomar mi garantía.

Los miraba desconcertad, después volteé a ver mis padres que se despedían con la mano mientras iban saliendo de allí.

- Andy- le habló a Luka- trae a mi nueva esposa a mi lado.

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