Tatiana y Jack pasaron por una difícil situación cuando niños, que como hermanos permitió unirlos más. Siempre se han tenido el uno al otro; apoyándose. Los lazos de cariños son muy fuerte en ambos. Sin embargo los sentimientos de Tatiana reflejando un tipo de cariño particular. Qué ocurrirá cuando su hermano se enamore por primera vez.
Nota del autor: En este FanFic original (que inicie hace unos años y no recuerdo por qué detuve) más que presentar un relación incestuosa y criticas por o contras de esta, mi intento es mostrar desde el lado de la protagonista lo complejo que resulta una relación unilateral. Un amor no correspondida. Mostrar por todo el sufrimiento y dificultades que tendrá que pasar. Además de lo difícil de las decisiones que debe tomar y las consecuencia que afrontará por estas. Sumado al hecho de tratarse de un situación socialmente reprochada; un taboo.
*******************************************************************************
Capitulo 1. La nueva chica.
No se en que momento los sentimientos de cariño se
volvieron amor. Muchos dirían que estoy confundiendo las cosas y lo que realmente
siento es un gran aprecio por esa persona. Pero, estoy segura que no es así, definitivamente
yo amo a mi hermano.
Nuestra madre murió cuando tenía apenas 5 años, y
nuestro padre sumergido en su tristeza se olvido de nosotros. La única compañía
que tenía era Jack, siempre estaba protegiéndome y cuando lloraba me abrazaba
con fuerza; haciéndome sentir su calidez.
Me sentía la persona más amada, más no quería ser
una carga, quería ser independiente. Por lo que me volví fría con la humanidad
entera, con todos menos con él.
— Tati,
no puedes seguir haciendo esto. — Me regañaba con firmeza mi
hermano—. No puedes pelearte
con el mundo.
— Puedo y lo
voy a hacer. — Le respondí seca—. Además, no es para exagerar, solo cruce unas
cuantas palabras con ella. — Le dije refiriéndome a una chica con la que había
tenido cierto “encuentro” hace poco.
— Solo unas cuantas palabras…por favor, a ver Tatiana
dime, qué fue lo que le dijiste.
— Una
pequeña advertencia—. Dije
con una pequeña sonrisa en mi rostro.
— Advertencia,
ya en serio Tati. La pobre muchacha la mandaron a psicología, le diagnosticaron
trauma por show, o algo así… y a ti te llamaron a la rectoría por 3 vez este
mes. Estas a punto de ser expulsada y tú me dices que solo fue una advertencia ¿Qué
fue lo que ella dijo o hizo para que la trataras así? — Preguntó
realmente preocupado Jack.
— Eso
no tu problema. — Me dolía tratarlo así. Pero la verdad no podía
permitir que él se entera que mi pequeña “advertencia” era porque me había enterado
que esa chiquilla brincocita pretendía enamorar a mi adorado hermanito. No iba
a permitir eso ni en chiste. Si yo no lo podía tener, no lo iba a dejarlo ir a
los brazos de cualquiera, teniendo la oportunidad de impedirlo. Además no
entiendo que es lo que tanto exageran, trauma por show. Solo le describí su
posible muerte, nada más—. Jack vayámonos a casa, este lugar me asfixia. — Lo mire suplicante.
— Todavía
faltan clases. — Me
miró y notó mi suplica—. ¡¡Ahhh!! — Suspiró—. Qué más puedo hacer, siempre terminó complaciéndote. — Agarró mi muñeca, me atrajo contra su cuerpo—. Trata de no lastimarte, quieres. — Susurró por encima de mi cabeza.
De regreso a casa observe todo el camino a mi
hermano; un chico alto, delgado, de tez clara, cabello largo y castaño, ojos
verdosos, con rasgos delicados pero masculino. Era encantador y un poco diferente a mí; una chica también
delgada, de tez canela, cabello y ojos cafés. Él había sacado los ojos de
nuestra madre. Jack abrió la puerta y entramos por el pasillo que conducía a la
cocina, allí se encontraba nuestro padre, Raúl; un hombre de media edad, cabello
corto y castaño, ojos claro y tez canela.
— Chicos
regresaron temprano. — No le
respondimos; me dirigí a abrir el refrigerador y míralo vagamente de arriba a
bajo, no buscaba nada en especial—. ¿Por qué estas aquí? — Termine
preguntándole con indiferencia.
— Hija
yo vivo aquí; por si se te había olvidado. — Dijo sarcásticamente.
— No
se refiere a eso. — Contesto
Jack, compartíamos el mismo sentimiento de apatía hacia nuestro padre.
— Que
hijos tengo. — Dijo
decepcionado.
— El sentimiento es mutuo querido padre. — Le dije
mientras me servía un vaso de agua—. Ahora, sin tantas vueltas dinos de una vez que es lo que quieres.
— Me
voy a volver a casar. — Mi
hermano y yo cruzamos miradas—. Ella vendrá a vivir aquí desde hoy. — Iba a contestar algo, pero ahogue mi comentario no
quería que mi padre tuviera la impresión de que me importaba lo que hacia con
su vida—. Además tendrán una
nueva hermana; ella tiene una hija de tu misma edad Tatiana. Pero no se queden
callados dígame que piensan.
— Es
tu casa, es tu vida y tu problema. — Dijimos a unisilabo; Jack y yo.
— Solo
espero que no pienses que vamos a recibir a unas perfectas desconocidas como íntimas
amigas. — Dijo mi hermano fríamente.
— No
pretendemos que lo hagan, es algo que tomara tiempo. —
Dijo una voz
femenina, miramos a la entrada de la cocina.
— Mi
nombre es Raquel; Tatiana, Jack un gusto. — Era una mujer
de media edad con cabello algo ondulado color caramelo y ojos café, de rasgos
definidos, no sabia si su sonrisa era falsa o si era sus verdaderas intensiones
eran llevarse bien con nosotros; detrás
de ella se veía una silueta joven—. Ella es mi hija, Sofía. — Dijo, la
joven dio una paso adelante se veía frágil con el rostro redondo el cabello
ondulado y claro, la tez pálida y los ojos azul claro—. Un gusto. — Dijo tímida.
— Ya
que vamos a vivir juntos, seria pesado formar una guerra de esto. — Jack me miró, mientras hablaba y después miró
a las extrañas que estaban en la cocina—. Me declaro neutral en esto. — Finalizo
mientras se retiraba de allí.
— Tampoco
quiero formar una tragedia griega de esto; detesto los escándalos y a la gente
ridícula. — Mi padre forzaba una sonrisa hacia mi respuesta—. También me declaro neutral. — Dije mientras caminaba a mi cuarto—. Pero— me detuve al lado de Sofía—
no seré tu
“hermanita” sin entiendes lo que digo.
Esa noche estaba en mi cama observando el cielo desde
mi ventana. Raquel se estaba quedando en el cuarto principal con mi padre, mi
hermano dormía en el cuarto de al lado y Sofía en el del frente. Suspire. Que pesada
se volverá mi monótona vida. — Dije en tono bajo—. No es para tanto. — Una gentil mano acariciaba mis cabellos; esa
dulce mano que tanto apoyo me ha dado y esa tranquila voz que le pertenecía a
la persona que más quiero por encima de todo y todos.
— Deberías
cerrar la puerta que conecta tu cuarto con él mío.
— Nunca
haría eso, así me siento más cerca de
ti. — Me levante y lo mire, estaba
sentado en el piso.
— No
necesitas eso, yo siempre estaré cerca de ti. — Me dijo, observaba sus ojos, lo conocía muy bien
como para no darme cuenta que algo le ocurría. El hermoso brillo que tanto me
encantaba se había perdido por un momento de su mirada.
— Me
podrías decir que es lo qué te pasa. — Le decía
mientras acariciaba su rostro con mi mano.
— Tatiana. — Detuvo mi mano y la besó, luego me observó—.
Creo, no
estoy
seguro, que me he enamorado.
— Te conozco
demasiado, debiste debatir esto mucho tiempo para llegar a esa conclusión no dirías
algo al menos que estuvieras seguro de ello. Ahora dime de quién se trata. — Tenía que
saber quien me había robado el corazón de mi hermano aunque esto me partiera el
alma. Aunque siempre quedaba la opción de separarlos.
— Es
nuestra nueva hermana, Sofía. — Dijo con preocupación.
— Esto
es en serio. — Le pregunte
casi vacilante.
— Sí. — Me miró con seguridad y firmeza en sus ojos,
no cabía duda que realmente esta niña había producido un cambio en él. Pero se muy bien que mi
hermano no se atrevería a intentar nada, solo se iba a guardar todo lo que
estaba sintiendo y poco a poco se consumiría en el dolor. Simplemente no podía
aceptar esto, no me importaba que dolor me causara a mí, el dolor de mi hermano
seria peor que mi muerte en vida.
— Jack,
te ayudare, ayudare a que los dos estén felices y juntos. — Le dije con
delicadeza mientras apoyo su cabeza en mis piernas y acariciaba sus cabellos.
— Tati;
gracias.
Gracias, que palabra más dulce y amarga a la vez. Mi
querido hermano no sabe como me ha arrojado al abismo con una sola palabra. Viviré
un infierno en vida con tal de verlo feliz; ese es el castigo a mi pecado, eso
es lo que me merezco por deseas a mi propia sangre, tanto como lo deseo.


No hay comentarios:
Publicar un comentario