domingo, 24 de mayo de 2015

29 de Febrero. Capitulo 2.











Capitulo 2. La semana.



No estaba dispuesto a perder esta apuesta por nada del mundo, era tal vez la única oportunidad que tendría para poder acercarme a David de forma segura. La semana acaba de comenzar, después de nuestro pequeño encuentro pase todo el fin de semana en vela ideando la mejor forma de hacerlo reír. Trate de recordar que le parecía cómico o divertido; pocas cosas se me venían a la mente, las pocas sonrisas que recuerdo de él son cuando gana sus apuestas o cuando se encuentra en frente a algo potencialmente pervertido. Definitivamente David era un caso perdido; la perfecta definición de un chico malo.

Estaba  sentado mirando al infinito mientras mi profesor de diseño hablaba. Por ratos cambiaba de posición para  que no se hiciera tan notorio mi total desinterés por la clase.

—  Camilo.Sentí que alguien me tocaba la espalda mientras me llamaba para sacarme de mis pensamientos—.  Camilo. —   Volvió a repetir y voltee; atrás mio en esa clase en particular nunca se sentaba nadie pero ahora había una joven de ojos claros y tez pálida. La verdad aunque la estaba viendo no le prestaba atención—.  Camilo estás en otro mundo. —  Dijo segura.

—  Ahhh, si eso parece. —  Conteste despreocupado.

—  Es que esta pensando en la manera de ganar su apuesta con el rey. Escuche que comentaba de algún lado.

¿Cómo saben sobre eso?


—  Toda la universidad lo sabe; recuerda que se trata del rey que es algo así como nuestra celebridad privada. —   Decían de algún otro lado del salón.
           
—  Lo único que no sabemos, ni tampoco el resto de la universidad, es el premio que va a conseguir el ganador. —   Decía la chica detrás de mi, la mire intrigado ¿Quién era ella? —. Susana, así me llamo Dijo como si estuviera contestando a mi pregunta mental.

—  Eso no es algo que les intereses. Es un asunto entra David y yo. —   Una gran  cantidad de miradas asesinas  caían sobre mi, por parte de todos los que se encontraban alrededor fuesen chicas o chicos.

—  Lo que tengan que ver con le rey tiene que ver con nosotros. Dijeron casi a unisilabo, realmente David tenia una gran influencia en la universidad.

—  Entonces vayan y pregúntaselo a él. Estaba furioso; me levante de mi asiento y salí del salón.

Caminaba por los pasillos de la facultad, no quería salir de allí porque había la posibilidad de toparme con el rey y todavía no había pensado la manera de ganar la apuesta. Aunque era estúpido pensar que solo por quedarme en la facultad no me lo encontraría, él es casi el dueño de este lugar; nunca sabes donde de lo vas a encontrar realmente. Me senté en el piso y de repente alguien se paró delante de mí. Era un joven vestido de payaso tenia una gran peluca roja con rayos amarillos me miraba con una gran sonrisa, de momento empezó a hacer trucos y una cantidad de payasadas. Yo lo miraba con espanto ¿Quién o qué era este tipo?  Me levante de donde estaba, empecé a caminar no quería seguir viendo esa payasada. A unos cuantos pasos se encontraba David recostado en el  muro, llevaba unos jeans y una camiseta negra, y encima una bata de laboratorio; lo mas seguro era que acaba de salir de una clase. Alzó la vista y me quedó observando fijamente; suspiró y se dirigió a mí.

—  Realmente eres un aburrido Camilo. Decía mientras movía la cabeza de lado a lado para mostrar su decepción—. No te dio una pizca de gracia mi amigo.  Señalaba al payaso que hacia una cara triste.

No. Dije desconcertado—.  Más bien me pareció un loco maniático.Voltee y mire al payaso que caí al piso mientras se agarraba el pecho como si mi comentario lo hubiese lastimado—.  Mentí, más bien me da miedo. — Voltee y observe a David—. Me puedes explicar qué es esto.

—  De verdad piensas que te voy a dejar ganar la apuesta. —  Se acercó más a mí y empezó a acariciar mi cuello con las yemas de sus dedos—. Aunque seas tú, no puedo dejarte ganar. Me susurraba al oído, una corriente recorrió todo mi cuerpo—.  Me gustaría hacerte otras cosas además de hacerte reír.Trague en seco—.  Pero por ahora…  Se separó y empezó a caminar—  el objetivo es ganar esta apuesta; ya nos veremos. — Siguió caminando mientras hacia una seña  con la mano a modo de despedida.

Qué había sido todo eso, en qué carajos pensaba David. Que idea mas extraña, como si de verdad ese payaso me iba a hacer reír; mas bien tendré pesadillas con él. Pero esto era una señal, él no se va a dejar ganar. Tenía que pensar rápido en la manera de hacerlo reír, porque si él gana la apuesta lo último que hará con mi cuerpo es lo que yo tengo pensado hacer con el de él. Me sonroje antes la simple idea.

—  Todavía sigues en otro mundo. Me dijo una voz familiar, alce la mirada y me encontré con Susana. Allí puede detallar que era una chica delgada, llevaba un vestido corto rosa con flores rojas y azules, lo que me llamo la atención era que sus ojos tenían una tonalidad azulada con algunos visos dorados, muy lindos. Pero nunca los compararía con los de David y mucho menos con los de la hermana de él.

—  Mmmm, tal vez tengas razón. Suspire—. Quizás si este en otro mundo. — Empecé a caminar.

—  Detente. — Dijo con tono de autoridad—. Está bien, te ayudare a ganar la dichosa apuesta con el rey. Eso me tomo por sorpresa ¡ahhh desde el inicio es una tontería apostar contra él! o es que no sabes eso.

Cómo dices. Sacudí mi cabeza para salir de la sorpresa que me había generado ese comentario ¿Por qué quieres ayudarme a ganar la apuesta? O es que acaso sabes el premio que recibirá el ganador. Me volví a sonrojar mientras una cantidad de ideas lascivas cruzaban por mi cabeza.

—  No tengo la más remota idea de cual es el dichoso premio. Se acomodo a un costado de la pared y movió su cabello, como tratando de pensar en las palabras adecuadas—. Simplemente digamos que tú necesitas ayuda para ganar, lo que es apenas obvio si compites contra el rey, y yo pues… tengo mis intereses detrás de ayudarte. Entonces, qué dices.Extendió su mano—. Aceptas mi ayuda.

Tssk, no me interesa. —   Retrocedí su mano, alejándome lentamente de allí—. Ya lo había dicho antes, este es un problema entre David y yo, no necesito que nadie se esté metiendo en esto.

Los días pasaban y mi vida se estaba volviendo problemática;  en todas la clases, en el comedor, mientras caminaba por los pasillo, incluso en el baño, donde quiera que estuviese me hallaba rodeado de personas que querían conocer los detalles de la apuesta, mi relación con David y un sin fin de cosas.

 ¡¡ Ya aléjese!! ¡¡Déjeme en paz!! Grite rodeado de una gran multitud casi a la salida de la universidad—. Si tanto interés, tiene vayan y pregúntenle a él.

—  Pero no podemos hacer eso. Respondía alguien. Es el rey sería una falta de respeto molestarlo con nuestras preguntas. Ese comentario me enfureció.

—  Entonces a mi si pueden fastidiarme.  Nadie respondió—.  ¡¡Ahhh!! Muévanse; me largo de aquí.Decía mientras caminaba empujando a todo el que se topaba en mi camino, la furia se apoderaba de mí.

 Camine a la salida, llevaba la cara roja de ira; iba maldiciendo por debajo a todo lo que estaba pasando.

— Yo lo único que quería era una opor….  No pude terminar la frase.

 Creíste que todo iba a ser tan fácil. Decía David que se hallaba a mi lado, no note en qué momento se acercó a mí—.  Si tantos inconvenientes te esta causando esto.Sujeto mi cintura y posó su rostro en el contorno de mi cara—.  Simplemente ríndete.Su aliento chocaba contra mi mejilla—.  Te estoy dando una oportunidad, disolveremos esta apuesta y nadie tendrá que perder.

 Pero, tú eres el rey no puedes hacer eso. Baje la mirada algo entristecido; él tenia una reputación y estaba orgulloso de ella. Le tomo muchos años de sacrificio conseguirla. No podía ir pensado egoístamente y pedirle algo así.

 No  te preocupes por eso. Hundió su cabeza en mi cuello. A lo lejos se escucharon los gritos de sus fanáticas. En ese momento recordé porque estaba furioso, me aleje de golpe y quede en frente de él.

Olvida esa idea.  Lo mire decidido—.  Definitivamente yo voy a ganar esta apuesta. Él examino mi reacción un momento, suspiró y se encogió de hombros.

 Como quieras. Dijo mientras se iba.

La semana siguió avanzando; no volví a verlo. A decir verdad esos días solo se podían definir con una palabra… EXTRAÑOS. Durante las clase recibía a mi móvil chistes malísimos, de vez en cuando alguien aparecía a hacer algún turco de comedia delante de mi que mas que hacerme reír me producían escalofrió por lo retorcido del humor; más de una vez alguien se me acerco por detrás e intento hacerme cosquillas cosa que no funcionaba, soy casi inmune a eso. David decía que estaba muerto por dentro cuando trababa de hacerme cosquillas. Así llego el viernes, había perdido mucho, mucho tiempo y todavía no tenia pensado nada para ganar la apuesta. Recibí un mensaje al celular y empecé a leerlo.

—   Ese chiste en vez de hacerme reír, creo que me va a poner a llorar.  Decía Susana que se  encontraba inclinada en mi hombro leyendo mi celular—. Si el objetivo es hacerte reír, no va muy en serio que digamos.

—  No creo que esta sea idea de David, es muy simple para su estilo. —   Decía mientras borraba el mensaje.

—  De eso puedes estar seguro, esto no es el estilo del rey, debe ser alguno de sus fans. — Comentaba —.  El estilo del rey tiene su propia marca, seguro esta esperando el momento indicado para atacar cuando menos lo esperes.  Trague en seco, ella tenia razón—. Además él te conoce demasiado bien, conoce tus debilidades… ya tenías perdida esta batalla sin comenzar.Susana lleva la razón y eso solo me desmotivaba —. Vas a necesitar ayuda o esta guerra terminara antes de que lo notes.

—  Tienes toda la razón. Dije resignado—.  Me podrías ayudar.

—  Será un placer. Dijo con una sonrisa de superioridad en su rostro—. Te ayudare a ganar esta apuesta.

El día había terminado, me dirigía a mi casa. Cuando en el pasillo puede alcanzar a ver a David, parecía estar hablando con otro muchacho más alto que él. Iba a ignorarlo pero el chico se veía algo molesto así que me acerque. De momento el joven golpeo a David contra la pared y se acerco a él; comencé a caminar más rápido.  Para mi sorpresa el joven trataba de robarle un beso a mi amigo; su rostros estaba a centímetros de él.  Esto no lo iba a permitir en mis narices; una cosa  es que David sea un galán y otra muy diferente que lo vayan a besar contra su voluntad.  Corrí  y sujete al muchacho por la camiseta, estaba furioso y sin pensarlo planteé un gran puño en su cara. Él cayó al piso por la fuerza del impacto. Mi amigo miraba sorprendido la escena, yo siempre he sido una persona tranquila. El joven se levanto y se abalanzo hacia mi, logre esquivarlo y lo golpe con la rodilla en su abdomen, este tosió con dificultad por la falta de aire y salió huyendo a allí.

Me encontraba agitado de espalda a David; tratando de tomar aire para controlarme, mi respiración se hallaba entrecortada. Cuando por fin recobre la calma iba a dar una explicación de lo que había pasado pero algo me detuvo.

Jajajajajaja.Era la melodiosa risa de David que se hallaba en el piso con las rodillas recogidas mientras seguía riendo y moviéndose el cabello; yo simplemente no entendía lo que le causaba gracia. Ni tampoco me importaba, él estaba riendo muy divertido; riendo.

—  Creo que ganaste. —  Escuche murmurar a alguien detrás de mí.

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