Capitulo 5
El diablo.
Terminaba
de arreglarme para la cena, a la que de muy mala gana había aceptado ir.
Todavía no podía olvidar a Luka, el hermano mayor de Andy, eso era casi
imposible y menos después del sin número de traumas que me había originado.
Luka es un algunos años mayor que nosotros, de ojos bastantes claros, cejas
pobladas y cabello castaño; aunque su cara pudiera parecer la de un “niño
bueno”, la realidad es todo lo contrario. Él es la representación del diablo.
Siempre le han gustado los videojuegos, de hecho es un profesional en el asunto
y no solo juega con ellos también traficaba estos. Los vendía al por mayor y
tenía su propia organización: “Los ases”- de solo recordar eso una corriente helada
desciende sobre mi cuerpo- y por su negocio en el que Andy y yo pasamos los
peores de los momentos.
Siempre nos envía a hacer las entregas de los paquetes a los barrios más peligrosos de la cuidad. Íbamos con los nervios a
flor de piel, en cualquier lado que miramos había grandes hombres llenos de
muchas cicatrices, jugando con navajas entre los dedos; que nos miraban
fijamente mientras sonreían como si estuvieran compartiendo un chiste personal.
Pero esto no era lo peor;- el escalofrió se hace mayor al recordar todas las
cosas que tuve que pasar en mi niñez al lado de Luka- fuera de ser sus
mensajeros en los bajos barrios, también teníamos que enfrentarnos a sus
cobradores. Cuando él se atrasaba en algún pago, se podía ver a mi “amiga” y a
mí corriendo por las calles con un montón de gente detrás de nosotras con
recibos en las manos que exigían que les
pagáramos como si fuera nuestras deudas.
Para
completar el paquete, siempre que salía un nuevo videojuego Luka retaba al
expendedor a que en menos de una semana habría pasado todos los niveles y
entonces este les daría las cantidades del juego que necesitara a mitad de
precio. Mientras nuestro “amigo” se sentaba horas sin para frente a una consola
tratando de pasar de niveles, Andy y yo servíamos de garantía y nos veíamos
obligadas a lavar los pisos, los baños, cocinar y hacer los mandados en el local
del expendedor. Por suerte Luka siempre lograba pasar los niveles en uno o dos
días, pero he llegado a pensar que demoraba tanto tiempo por diversión, ya que
lo he visto pasar un nuevo videojuego en menos de 3 horas.
A pesar
del poco tiempo que compartir con la familia de Andy – por cierto muy cálida y acogedora,
bastante diferente a la mía- conservo un gran nuevo de recuerdos felices. Aunque
Luka era la encarnación del mal y
siempre nos estaba metiendo en problema, se portaba como todo un hermano mayor
y nos protegía cuando alguien nos molestaba; bueno siempre que no fuera por
causa de él.
Había terminado de arreglarme, llevaba un
vestido azul con flores blancas hasta las rodillas, el cabello sujetado hacia atrás, un pequeño prendedor turquesa, un poco de maquillaje y unas sandalias de
taco alto. Me observe cuidadosamente en el espejo y respire profundo, había
llegado el momento de enfrentarme al mal.
Llegue a las 7:40 a la entrada de un lujoso
restaurante, se supone que la cena iba a ser en casa de Andy, pero pocos minutos antes de salir él me había avisado
que nos encontraríamos en este lugar.
- Ves,
te dije que si te arreglabas un poco, tú también te verías hermosa.- Decía
Andy, con tono sarcástico detrás de mí.
- Acabemos
con esto de una vez.- Le dije mientras sujetaba su brazo casi obligándolo a
entrar.
Una
vez dentro nos ubicamos en una de las mesas de centro, nos llevaron algo de pan
y agua mientras esperamos que Luka llegará.
- Esto ya es el colmo- decía
molesta- él es el que nos invita y encima hay que esperarlo.
- Jajajaja
- Qué te resulta tan gracioso.- Estaba molesta por
la reacción de mi amigo.
- Lo nerviosa que estas por encontrarte con mi hermano, vamos Sam no es
para tanto.- Me decía tranquilo, mientras bebía un poco de agua.
-Quién dijo que esto nerviosa.-
Andy calvo su mirada en mí, trate de esquivarla desviando mi atención a otro
lado, él seguía observándome.
- Vamos Sam, como que no estas nerviosa. No has dejado en paz al
pobre mantel desde que llegamos.- Observé hacia abajo y vi como tenía sujetada
la punta del mantel entre mis manos, revolviéndolo de un lado para otro-. Trata
de controlarte…- continuo Andy- es solo mi hermano, no te va a pasar nada.
- Es que ese es precisamente el problema, es tu hermano, tu diabólico y
maligno hermano.
- jajajajaja- Andy volvió a reír, eso ya me estaba molestando-. No me
digas que todavía le tienes trauma a sus pequeñas bromas de la infancia.
- - Cómo que pequeñas bromas.- alce la voz-.No se tú, pero yo todavía tengo pesadillas con
los “pequeños mandados” que tu hermano no obligaba a hacer y la mirada cínica con las que nos
decía…
- - Vamos chicos, esto los hará más
fuertes.- terminó la frase una voz detrás de mí, volteé
y allí pude ver de nuevo al causante de mis pesadillas. Llevaba una camisa
blanca de manga larga, unos pantalones oscuros y unos zapatos que hacían juego,
encima una cazadora negra con aplicaciones plateadas, el cabello largo que enmarcaba sus ojos
claros y una sonrisa de satisfacción solo un poco levantada en el labio
superior izquierdo. No había cambiado mucho, aunque ahora se veía más hombre y
encantador, podía seguir viendo ese brillo demoníaco en su mirada. Se
acercó más a mí y tomó mi mano dando un beso en ella.
- - Bueno Sam, si ya eres toda una jovencita, no la insípida niñita que
jugaba con mi hermanito.- Una corriente de ira me golpeó, cómo que insípida
niña.
- - Tiempo sin vernos, Luka.- No sé por qué, pero mi voz tembló.
- - ¡Ja!- Él sonrió-. Todavía sigues siendo mi dulce e inocente hermanita.-
Se lanzó hacia mí y me dio un abrazo-. ¿Has sido una niña buena?- Sus palabras
me derrumbaron a pesar de todo yo lo consideraba un hermano mayor. Él, Andy y
sus padres eran como la familia que siempre deseé, no pude resistirme más y le respondí
el abrazo, asistiendo con la cabeza a su pregunta. Después de un momento nos
separamos, Luka se sentó y ordenamos la cena.
- - Y bien- comentó Luka- cómo ha sido volverte a encontrar con este.- Revolvió
el cabello de Andy.
- - Toda una sorpresa.- Suspire.
- - Me imagino- Luka movía sus cabeza como si estuviera buscando las
palabras- lo que tuviste que hacer- volteo a ver a Andy- para que Sam te
creyera que eres un chico y no su querida amiga de la infancia, después todo
siempre pensó que eras una niña y como nos parecía divertido nadie le dijo lo
contrario.- Tosí. Casi me ahogo con el pedazo de pan que llevaba a mi boca.
- ¡¡CÓMO ASÍ QUE TODOS SABÍAN LA VERDAD Y NADIE ME DIJO NADA!!!
- - Sam, baja a voz eres muy escandalosa.- Me mandaba Andy, mientras su
hermano reirá divertido ante el espectáculo-. En verdad eres muy ingenua nunca
notaste que era un chico, que boba eres. - Esto ya se pasaba, si Andy quería
guerra, guerra iba a tener.
- - Tienes razón.- Me eché para atrás en mi silla y cerré los ojos-. Pero
es que siempre has tenido cara de niña, gestos de niña, voz de niña es muy
difícil no confundirse.- Sabia que ese había sido un golpe bajo-. Y como eras
tan, tan bajito, más bajo que Luka y mucho más que yo.- Me acomode en mi silla
y observé como mi amigo quería matarme con la mirada, le saque la lengua y
volteé hacia donde estaba su hermano.
- - Y bien Luka- inicié la
conversación- ahora a que te dedicas , trafico de narcóticos, lavado de activos,
conspiración para controlar el mundo… cuéntame.
- - ¡Ja! Conspiración para controlar el mundo esa estuvo buena, no que va,
ahora llevo una vida muy tranquila. Estoy estudiando comercio. – como no me
sorprende esto, pensé- Bueno y si soy honesto todavía no he perdido del todo
mis viejos hábitos pero si te dijera en lo que estoy ahora tendría que
matarte.- dijo seriamente, trague en seco-. jajajajaja no es para tanto Sam lo
decía en broma.- Pero yo sabia perfectamente que no era así.
La cena terminó y Luka, se ofreció a
llevarme a casa. Tenía un Ford negro. La verdad no soy muy buena memorizando
modelos de carros, pero por lo menos puede distinguir la marca. Llegamos a mi
casa. Estaba totalmente a oscura, lo que no me extrañaba seguro ninguno de mis
padres estaban allí.
- - Veo que te siguen dejando sola.- Comentó Andy, con tono algo
nostálgico desde el asiento de atrás.
- - Jmp- me encogí de hombros- la historia de mi vida… bueno yo creo que
hasta aquí llego, Luka me gusto haberte visto de nuevo.
- - Claro que si preciosa.- Dijo galantemente-. Cuando quieras.- Me
acerque a él y le di un pequeño abrazo de despedida. Luka me agarró la mano y
puso en ella un pedazo de papel sin que su hermano lo notara.
Baje de auto, y me despedí de ellos. Abrí la
puerta de mi casa, camine hacia la cocina por un vaso de agua, allí había una
de las acostumbradas notas de mis padres. La hojeé rápidamente, todas eran tan
parecidas que me preguntaba si tenían un cajón llenas de ellas y cuando iban a
salir simplemente las dejaban en la mesa. Subí a mi cuarto, me cambie y tire
en la cama. Recordé el papel que me dio Luka. Lo mire.
Sam, recuerda que cuando estés en problemas cuantas conmigo.
Para lo que sea, lo digo en serio…
Esa es la ventaja de tener a un demonio como amigo ;)
Luka.
555-2561
Suspire, definitivamente Luka tenía razón es
bueno tener un demonio como amigo. Guarde el papel en uno de mis cajones, si
mis padres insistían que debía estudiar medicina, definitivamente el
ofrecimiento iba a ser de mucha ayuda.
Volví a la cama, cuando estaba a punto de
dormirme, llego un mensaje a mi celular.
Sam espero
que no se te haya olvidado que mañana es la excursión de biología con el curso.
Andy.
¡¡¡Diablos!!!! Había olvidado
totalmente ese detalle, y con lo que odio estar en el campo. Mañana será un día
horrible.

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